domingo, 11 de agosto de 2019

Dentro de ti, dentro de mí...

11 de agosto. Ha pasado bastante tiempo antes de que finalmente decidiera retomar este espacio. Me pasó en varias oportunidades que entre conversaciones y otras experiencias, surgían los 'posibles temas' a desarrollar aquí. Pero tal como se ve, ninguno llegó a término, ni si quiera al inicio. Y recuerdo que hace algún tiempo atrás, escribí sobre el cierre de ciclos, sobre la necesidad que tiene la mayoría de la gente en justificar, por ejemplo, el 'fin de año' como él momento y la oportunidad para dejar atrás y comenzar de nuevo. Al final, lo queramos o no, todos y todas terminamos cayendo en esa necesidad de justificar un 'happy new year' como la instancia perfecta para cerrar y empezar de nuevo.

Pero no fue sino en la última 'Noche Buena' que recuerdo que una hermosa carta llegada a mis manos y escrita para mí, me hizo abrir los ojos, asombrarme y emocionándome tanto así, que todo volvía a tener sentido, que sin querer queriendo, se transformó en una bofetada crucial que removió en mí lo que aún no quería ceder, lo que a veces cuesta tanto tomar e hincarle los dedos de tal manera que seamos capaces de transformarlo y moldearlo como tú así lo quieras, y no dejar que por sí sola tome forma para que te inhabilites, te contraigas y te pierdas. Hoy volví a reencontrarme con esa hermosa carta e increíblemente me llegó al corazón tal cual como lo hizo esa primera vez que la leí.

Semanas antes de la Navidad pasada, jugamos al clásico 'amigo secreto' en familia. Una manera austera de regalar, con más sentido, a quienes comparten contigo ese día. Mi 'amigo secreto' fue mi hermano y desde el día uno, sabía por dónde podía ir la búsqueda de tal preciado obsequio. Él es músico de profesión y de corazón, de los mejores que conozco en mi vida. Claramente mi foco iba por ese lado, porque sé todo lo que vibra con la música... llegué a una librería/disquería y me recorrí sus vitrinas de una lado a otro, hasta que encontré lo que inconscientemente andaba buscado. De inmediato recordé su investigación acerca de la música en el Cine Chileno y todo lo que trabajó para lograr cumplir sus objetivos con respecto a dicha entrega. Encontré justo un libro maravilloso que con destellos invisibles me hizo viajar a esa época y recordar todo el empeño que mi hermano colocó en dicha investigación, porque justo la temática era la misma... lo compré feliz! Sabía que sería un tremendo regalo que ayudaría a concluir aquellas problemáticas que por la escasees de información, no se pudieron abarcar. Y dije: "un ciclo que podrá cerrar como corresponde...".

Y llegó el gran día. Comenzamos con la dinámica y luego de varias entregas entre los amigos y amigas secretas, el ciclo se había cerrado, y mi hermano y yo quedamos afuera. Nos miramos y supimos inmediatamente que él era mi amigo y yo era su amiga... las carcajadas emocionadas se dejaron escuchar y partí yo contando brévemente la decisión de elegir mi regalo. Mi hermano abrió el regalo y vi en sus ojos la alegría de encontrarse con algo similar a lo que él estuvo construyendo. Me agradeció un montón y me dijo que ese libro se estaba armando justo en el mismo momento en que él también estaba investigando... y ahí estaba el resultado, en sus manos. Y llegó mi turno de recibir... mi hermano dice algunas palabras, abro mi regalo y me encuentro con un disco y una carta que opté por leer en la tranquilidad de mi soledad. Abrazos y palabras hermosas inundaron el momento... todos felices, una Noche Buena nuevamente en familia.

Llegó el siguiente día y tomé la carta que formaba parte de mi regalo recibido y comencé a leerla... partiendo por el echo de haber recibido una carta a mano ya generaba una conexión diferente, hoy en día nos hemos olvidado de esos detalles tan hermosos. Qué puedo decir, me quebró de principio a fin, tal cual como ahora después de haberla leído por segunda vez. Y porqué menciono esto en estos momentos... lo hago porque en ocasiones perdemos el rumbo, nos olvidamos de lo importante que somos para otros/as y lo profundo que podemos llegar a tocar sus corazones. Jamás imaginé que yo, la hermana mayor de un sabio (siempre lo has sido para mi querido), hubiese sido un pilar fundamental en su historia, como referente de empuje y valentía para tomar las decisiones a lo largo de su vida. ¿Han pensando en que cada acción, palabra, mirada, contacto, está causando algo en los demás? Hasta lo más mínimo repercute en quienes nos rodean, lo creas o no, lo palpes o no, lo imagines o no... siempre estamos generando 'algo' en otros.

Y ahí parte mi reflexión, sobre todo porque para quienes tenemos una autoestima que, en ocasiones, suele quebrarse un poco, nunca está demás retomar la fe en uno mismo/a... qué maravilloso es creer en quienes somos, en lo que sentimos, en nuestras decisiones, en nuestros anhelos, en nuestras convicciones, en donde los miedos funcionen como motor para movilizarte más que para paralizarte y en donde optes por ocuparte más que por preocuparte. A veces crees que lo estás haciendo todo mal, que estás perdiendo el norte y finalmente te topas con experiencias, como la carta de mi hermano, que te hacen reconectarte contigo misma para que no olvides lo maravillosa que eres, lo importante que eres para otros y, por sobre todo, lo valiosa que siempre has sido.

Las dudas son parte de la vida y sin ellas a lo mejor no tendríamos esa fuerza interior para volver a retomar la confianza y la seguridad en uno mismo/a... este año particularmente, lo que llevamos de este año, ha traído consigo movilizaciones emocionales que jamás pensé experimentar. Algunos ciclos han llegado a su fin y otros han comenzado, como todo lo cíclico que conlleva vivir. Hace un año atrás jamás imaginé que estaría donde y cómo estoy hoy, la vida cambia a cada milésima de segundo y a veces, no nos damos cuenta de eso. El trajín del día a día, como se dice en la jerga popular, hace que en ocasiones funcionemos en piloto automático y que olvidemos, en primer lugar, de escucharnos y de sentirnos, de prestar atención a la intuición, como también de parar un segundo y reflexionar a acerca de tu vida, de lo feliz que eres, de lo que llena tu alma, de los amigos/as que son verdaderamente tus amigos/as, de tu familia, de tu trabajo, de tus tiempos personales y compartidos, de una rica comida, de una ducha calientita, de una caminata al cerro, de una buena película, de una mirada sincera, de una sonrisa honesta...

Han sido meses intensos, tan intensos que a veces no sabes bien cómo manejar todo lo que está pasando. En un principio el torbellino era tan abismante que necesitaba tomar espacios para respirar y tranquilizar mi corazón que no daba más de angustia, acurrucándolo en mis manos porque en un principio me costó manejar todos los cambios en un periodo de tiempo tan pero tan corto. Ciclos, ciclos que fueron mutando y evidenciando desgastes y desconexiones evidentes, sobre todo conmigo misma. Soltar, como lo escribí antes en otra entrada de mi blog, se transformó en mi norte para retomarme, creerme, sentirme y lanzarme, sabiendo que "de la orilla es difícil saltar". A veces creemos que si persistimos en mantener ciertas situaciones o personas cerca de uno/a, mágicamente todo se solucionará o todo mejorará, pero no es así... por mucho que hayas intentado manejar las cosas de la mejor forma posible, hay que ser valientes para abrazar el dolor y ser capaces de soltar lo que ya fue, lo que ya cumplió su ciclo. No guardo rencores, por ningún motivo, porque esas son las emociones que no te permiten avanzar... más bien agradezco cada momento con cada una de las personas que estuvieron y hoy no están, porque gracias a todo lo que he experimentado, hoy soy la persona que soy, con todo lo que eso conlleve para mi y para los demás, pero por sobre todo para mi misma. Ya no busco encajar, ser aceptada, cumplir las expectativas de otros... hoy quiero encajar mis propias piezas internas, quiero aprender a aceptarme tal cual soy, y por sobre todo que mi brújula siempre sea estar tranquila y ser feliz.

Y el tiempo ha pasado y desde aquel minuto en que decidí 'saltar' y soltar, créanme que han pasado más cosas de las que pude imaginar. Y aquí estoy, entera, "me atreví a nadar", a pesar de lo helada que pudiese estar el agua. ¿Y saben que es lo más hermoso de todo? que finalmente pude darme cuenta que las respuestas a todo lo que me planteo hoy, están nada más y nada menos que dentro de mi... a veces invertimos el tiempo buscando esa señal afuera, en lugares y/o personas que sinceramente, no saben de ti e incluso, en el caso de que te conocieran, no son ellas las que tienen la llave para destrabar tus propias cerraduras. Escucharme ha sido lo más mágico que he descubierto, sobre todo al darme cuenta que siempre pero siempre, debí haber escuchado mi intuición.

Hoy agradezco, agradezco por cada pequeña o gran experiencia del día a día, agradezco a quienes siguen formando parte de mi vida, a pesar de todos los cambios internos y externos que estoy viviendo. Agradezco también a quienes llegaron a mi vida, mágicamente y en el momento preciso, y que nadan conmigo en estas aguas que son mi vida, aceptando mi historia, mis cicatrices y mis marcas. Agradezco a mi familia por estar y amarme, sin críticas ni juicios... y por sobre todo agradezco la capacidad hermosa de aprender a autoconocerme (tarea diaria y que durará hasta el último día de mi vida) y así poder conectarme con mi intuición.

La vida es tan corta... basta de creer que quedan muchos años por vivir porque no nos daremos ni cuenta cuando llegue el momento de terminar nuestro propio ciclo y miremos hacia atrás y nos arrepintamos de no haber 'saltado'. Salta por ti y por nadie más, y si ese salto motiva también a otros a saltar (así como jamás pensé que influí en mi hermano, por ejemplo), te darás cuenta de lo enorme, mágico/a y maravilloso/a que eres. Recuerda, todo está dentro de ti.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Transparencia genuina...

El sol del amanecer es de las cosas que más disfruta,
Sobre todo cuando el color de sus rayos se cuela entre las cortinas.
Amaba esos minutos en la casa de sus abuelos, y los disfrutaba a concho
Porque pocas veces tenía la oportunidad de amanecer en ese lugar.

Aprendió a mirarse en el espejo, y desde distintos ángulos,
Porque mirarse sólo de uno era cómodo pero no real.
El espejo pasó a ser su amigo y juntos vislumbraron la magia de quien era,
Porque descubrió que su imperfección era perfecta.

El agua es su elemento vital y sobre su piel se siente como la seda,
su temperatura es vital y mientras más cálida esté, más placer siente.
Nadar mar adentro, flotar boca arriba, mirar el cielo los arreboles,
Porque no hay cosa más bella que escucharse bajo el agua, el corazón late casi en sus propios oídos.

Tiene rutinas diarias que acompañan su quehacer,
Tanto así que cree tener ciertos Toc’s que si no realiza, la paralizan.
Pero hay días en que esas rutinas desaparecen y la liberan,
Porque comprendió que el control está en ella misma, y no fuera de ella.

Sus ojos y su pelo son reliquias de cuidado y admiración,
Son de los rasgos que más ama de su cuerpo, porque hablan por sí solos.
Entre colores poco definidos y matices dependiendo los rayos del sol,
Bailan y expresan desde el alma lo que más interno está en su corazón.

Es fuerte y valiente, porque aprendió a serlo,
Brutal y duramente, después de incontables luchas y batallas encarnadas.
Y lo demuestra de diversas formas y en distintos lenguajes,
Porque aprendió que la verdad no es una sola, pero la suya vale igual que todas.

El café en la mañana es indispensable para comenzar sus días,
Su olor y su sabor activan en ella una alegría que no es fácil de explicar.
Dulce y fuerte, como ella, el café debe estar,
Porque un día sin ‘café da manhã’, es como mirar las nubes sin formas que imaginar.

No es muy cariñosa, sin entender realmente el promedio aceptable para eso,
Hablo de ese cariño de piel a piel que tanto le cuesta expresar.
Pero no por eso hay que asociarla a frialdad,
Porque lo que más sabe hacer, es empetizar con quien ronde su caminar.

En ocasiones escuchó una reflexión sobre tener dos oídos y una boca,
Y ella desde un inició comprendió de que se trataba.
Si compartes con ella te darás cuenta que es experta en escuchar,
Porque no necesita hablar siempre para hacerse notar.

¿Sabían que ella no sabe odiar?
Solo conoce la palabra pero jamás la ha sentido actuar.
Su corazón es tan grande que no hay espacios para el rencor,
Porque de amor ella vive y de amor se ha transformado su motor.

A pesar de su fortaleza, a veces los miedos se apoderan de ella,
Pero eso no la detiene para sobreponerse y avanzar.
Ha sido capaz de sortear y enfrentar un sinnúmero de experiencias,
Porque ella está convencida de que puede, porque ella está convencida de que todo lo puede.

Los últimos años ha quebrado esquemas y paradigmas, cuestionándolo todo,
Familia, religión, política y espiritualidad, entre otras tantas desconstrucciones van.
Hoy tiene claro que es ella quien está en primer lugar,
Porque nada ni nadie está por encima de su persona, sus valores y su felicidad.

Desde niña buscó canales diversos en donde depositar su fe y confianza,
Lugares que jamás ayudaron a que entendiera que sólo debía creer en ella misma.
El paso de los años hicieron de esa niña una mujer sinigual,
Porque como ella claramente no habrá nadie en ningún otro lugar.

Los libros son un mundo mágico que de adolescente buscó cultivar,
Encontrando poco a poco su estilo y la literatura que más goce le podía provocar.
Gracias a la lectura y el mundo letrado, hoy no puede dejar de leer,
Porque los libros son su puerta a esos mundos que ella sueña con pertenecer.

Tiene placeres dignos de una historia policial, raros y extravagantes,
Como dormir con la cama ‘hecha’ y colocar simétricas todas las cosas para mirar,
Limpiar la casa es uno de sus rituales de liberación emocional,
Porque ella no limpia la casa porque se lo ordenen, ella lo hace por necesidad personal.

Le gusta que la ‘mimen’ y que la ‘regaloneen’ sin medida,
Sobre todo cuando con comida llegan a conquistar su corazoncito.
Disfruta a concho cada bocado, como si fuera el último,
Porque tiene la dicha de que su metabolismo veloz, le permita comer y comer sin restricción.

El cine y la música también son su pasión, y no hay día que no se alimente de ellas,
Tiene muy claro qué caminos seguir, emocionándose sin poner límites.
Ella los ha transformado en un recurso valioso de aprendizaje y conocimiento propio,
Porque de las artes ha entendido el enorme valor de la emocionalidad y la diversión.

Chistosa no es, pero graciosa si que lo es,
Solo basta con mirar sus caras y sus gestos para entender lo que estoy diciendo.
Ella no se da cuenta, pero es increíble todo lo que transmite sin tener tanto que hablar,
Porque sus ojos lo dicen todo y el/la que la conoce, disfruta sin parar.

Feminista de tomo y lomo, aguerrida, valiente y poderosa,
Ni se imaginan quién es ella hoy día, después de tantas luchas vencidas.
Cree fervientemente en la equidad, y quiere seguir creyendo en la humanidad,
Porque todos y todas nos debemos respeto y es la única manera de sanar y amar.

Ella es una mujer como todas, como ninguna, que ha dejado de normalizar,
Lo que por historia y tradición ha destruido ha tanto corazón.
Hoy día busca ser feliz y vivir en consecuencia y con convicción,
De que algún día, más temprano que tarde, seguirá siendo ella misma, mucho más tranquila, más auténtica, más verdadera, más poderosa y más brillante de lo que jamás llegó a imaginar…

miércoles, 6 de junio de 2018

De latidos, mariposas y revoloteos...

Acabo de salir de una larga ducha, de esas calientes que queman el cuerpo, como una forma ilusoria de autoconvencernos de que el frío no existe, que el frío sólo es psicológico. Hay música de fondo e inevitablemente, después de salir del baño, miro mi cama invitándome a lanzarme a ella para mirar el techo que pierde sus límites y disfrutar del vuelo que venía alcanzando mayor altura desde hacía varios minutos atrás.

Después de un breve reencuentro conmigo misma, comenzaron a llegar a mi cabeza cientos de imagines y frases que, en un comienzo, no me hacían mucho sentido, y las cuales no podía conectar
hasta que, como siempre debe ser, me dejé llevar por las imágenes y por las sensaciones, y poco a poco comencé a ver con más claridad todo ese torbellino de elementos que fueron apareciendo uno tras otro.

Primero una mujer, socialmente catalogada como bella, hermosa, guapa, mina, exquisita, hace un par de semanas se separó de quien era su pareja. Algunos se preguntaron en ese entonces que qué podría haber pasado si "la mina es perfecta y el loco las tiene todas" (esto lo escuché de verdad), como si eso definiera su forma de relacionarse y tener 'éxito' en la vida. "Es perfecta"... es perfecta. "Las tiene todas"... las tiene todas. Que particular forma de catalogar y juzgar abiertamente, de lo que no tienes ni puta idea.

Creo que la mujer en cuestión, al igual que su reciente compañero/a, es una mujer más en la historia de la humanidad que está aprendiendo a ser. Aprendizaje que es prolongado, en algunas ocasiones avanza a pasos agigantados, como en otras se siente que falta vida para seguir enriqueciéndose. Nadie nos enseñó a construir vínculos potentes, relaciones construidas desde las entrañas, en donde el sentir mismo de esa conexión alumbre tu ser como si fueras una estrella en su máxima potencia y luminosidad... y claro, ¿quién nos podría enseñar lo que aún no hemos vivido, lo que aún no hemos experimentado, sobre todo con la cantidad de personas y formas que cada una tiene para relacionarse? No existen verdades absolutas, está claro, pero con el tiempo me he ido dado cuenta que la experiencia te enseña un millón de cosas y que eres tú, y sólo tú, quien debe prestar atención a las señales que poco a poco se van haciendo más y más visibles para ti.

Ahora hago memoria de mis propias relaciones anteriores y de porqué cada una de ellas tuvo un final... claramente en mi contexto nadie al enterarse de mi situación se dijo a si mismo "pero que pasó si la mina es perfecta y él las tiene todas" jajajaja... y yo como protagonista de la historia tampoco tenía muy claro la verdad, los motivos o razones por las cuales el desenlace tuvo que llegar. Jóvenes y alocados (aún alocados) no entendemos aún muchas cosas, de las cuales el pasó de tiempo y otras experiencias vividas, nos fueron dando luces y el entendimiento hizo de las suyas para finalmente comprender para qué, cómo, qué.

Hay un dicho que dice: "toda escoba nueva barre bien", ¿la han escuchado? Bueno, a veces esta frase aplica a esos comienzos de relaciones majestuosos en donde todo, al parecer, 'funciona' de maravillas. Ritmo cardiaco acelerado, mariposas en el estómago, cabeza revuelta... elementos que, con todo mi respeto, debiesen manifestarse en todo momento de la relación, y no sólo "cuando la escoba nueva esté barriendo bien" (¡y qué significa esto por la cresta!... el estrecho entendimiento de lo que se espera que debiese pasar).

Y claro, en los inicios, todo o casi todo, nos parecía magnífico. A pesar de sus diferencias y/o gustos distintos, ahí estabas, disfrutando con el otro aquellas cosas que goza sólo uno de los dos, pero tu aperras y te motivas a gozar con él/ella. Y pasa el tiempo y, a lo mejor, en una de esas, te vas dando cuenta que puede que no tengas las mismas ganas de disfrutar eso tan particular que aprendiste a incorporar en tu vida porque era parte de la vida del otro, y ahora hasta te incomoda, te molesta o, simplemente, no quieres seguir practicándolo porque no es de tu interés. Pero cómo se lo dices sin que se sienta 'mal' o menospreciado/a, después de todas esas experiencias en las cuales, fingidas o no, compartiste y disfrutaste con él/ella.

Llega un punto en la vida, en el camino de las relaciones, en que todas estas pequeñas incomodidades empiezas a salir a flote, poco a poco o de sopetón, dependiendo cada contexto y situación. Y es ahí, en ese minuto clave en que debes, y te lo debes a ti mismo/a, preguntarte... ¿estoy dispuesta/o a lidiar con esto, siempre y cuando lo converse abierta y honestamente con el involucrado/a y lleguemos a un consenco mutuo? ¿o prefiero seguir en la dinámica del fingir mis emociones con tal de que el otro no 'sufra' o 'se sienta mal' si se lo planteo? ¿será que la rutina, la maldita rutina, está tan compenetrada en mi ser que, aunque no quiera seguir con esto, sigo estando porque me da miedo lo que pase si lo dejo? ¿soy realmente valiente y honesto/a conmigo mismo/a para dejar lo que no tiene sentido para mi vida? ¿puede ser que ahora estoy viendo las cosas desde otro punto de vista y claramente no estoy de acuerdo con varias cosas, pero soy lo suficientemente claro/a en plantear lo que ocurre porque quiero apostar por esto? ¿o es tiempo de apostar por lo que realmente a mí me moviliza?... no todo pasa sólo por un par de pechugas o un pene de buen tamaño, ¿se entiende?

Desiciones hay muchísimas, y ninguna tiene más o menos peso que otra, pero debemos tener en claro que debemos ser capaces de poner sobre la mesa todas esas inquietudes, miedos, resquemores, y sentirlos, concienciarlos, trabajarlos, modelarlos, comunicarlos, y sea la elección que sea que tomemos, la hagamos desde la conciencia misma que eso es lo que queremos para nuestra vida. Porque no somos perfectos, no las tenemos todas, no somos seres estáticos que como llegamos nos vamos, y porque si la historia y nuestra propia experiencia, a pesar de lo difícil que sea, nos enrostra en la cara que aún el corazón late, las mariposas revolotean y la cabeza se enloquece, es ahí donde debemos estar... aunque sea esporádicamente, en ocasiones, todos los días o algunas veces, sólo disfrútalo, gózalo, siéntelo, vívelo.

Y es en esos momentos en donde podemos ser capaces de responder a esas preguntas que antes escribí (y otras tantas que cada uno debe formular en su mundo individual), porque es en ese instante en que comprendemos el para qué en vez del por qué. Las cosas no son blancas o negras, hay un sin fin de matices que acompañan nuestra vida y la forma en que nos relacionamos y construimos experiencias con otros, nos dará las directrices para actuales vínculos en las que hoy estemos embarcados. No es lo uno o lo otro, es lo que te suma de esas dos, tres, cuatro, o cuantas otras cosas, con todos sus altos y sus bajos. Decidir o elegir tiene mucho más que ver con lo que queremos más que con lo que se espera de nosotros... porque sino, sería apegarse a una imposición y no a seguir tu corazón.

Entonces, ¿qué pasó en esas antiquísimas relaciones? El corazón dejó de latir, las mariposas dejaron de revolotear, la cabeza dejó de funcionar... y así el interés y la motivación por aperrar, intentar, probar, proponer, cuestionar, imaginar, crear, modificar, crecer, aprender, empatizar, comunicar, creer, dejaron el cuerpo y la mente para embarcarse en otras aventuras en las que sí se les preste el oido y la atención para formar parte de vínculos llenos de fuego interior.

Esa mujer del inicio, así como cada una de los seres humanos de este planeta, iremos forjando esas inicios y esos quiebres de acuerdo a la historia de cada uno de nosotros. "Ella es perfecta y él las tiene todas"... nadie es perfecto y nadie las tiene todas. La perfección no es absoluta.


Lamentablemente el vuelo va descendiendo y las palabras van siendo cada vez más escasas... el cansancio del día también hace lo suyo. En ocaciones no logró escribir con la rapidez en que las ideas viajan a grandes velocidades dentro de mi, pero creo que esta vez, tal cual como en ocasiones anteriores, logré plasmar lo que late, revolotea y enloquece dentro de mí.

Porque cuando te veo...

martes, 20 de marzo de 2018

Insurgencia femenina...

Sé que muchos deben haber escuchado o leído este último tiempo, sobre el empoderamiento, sobre todo el empoderamiento femenino. Yo particularmente, me he estado cuestionando un montón de cosas que tienen estrecha relación con esto, partiendo por definir lo que significa empoderamiento, para luego entenderlo, comprenderlo, analizarlo, criticarlo, en fin, hasta el punto clave que esa palabra pase de ser una simple palabra a ser el motor y el sentido de tu vida.

Si tuviera que definir este concepto, podría decir que tiene una estrecha relación con el re-aprendizaje interno que sin lugar a dudas nos lleva a un suerte de emancipación personal. Esa concientización nos hace sentir poder, ese poder que se transforma en energía para pensar, movilizarte, actuar, decir, sentir. Sin lugar a dudas, esa capacidad de reconstruirnos y de tomar las riendas de nuestras vidas, es lo que necesitamos, urgentemente.

Pero no es fácil, nadie dijo que lo sería, y como todo proceso que involucra al ser interno, requiere de paciencia, constancia, apertura, confianza, análisis, autenticidad, y por sobre todo, querer desde lo más profundo de tu corazón, que quieres hacerlo, que quieres provocar cambios, que quieres liberarte, que quieres ser y no sólo existir. Porque no sacamos nada si nos quedamos en las intenciones, en los anhelos, en las posibilidades; NOS debemos el ser capaces de adueñarnos de quienes somos, de canalizar las energías al ritmo que consideremos necesario, a decir que 'no' porque por Dios que somos empáticas en exceso, a romper nuestras propias barreras internas, a ser y estar presente en los ámbitos que deseemos, entre un millón de cosas más.

Aún insito, no es fácil.

Se entiende que en tiempos remotos (y no tan remotos), la estructuración de la vida en comunidad, política, económica, educativa, entre otros, fueron creadas y moldeadas por hombres. De esos tantos seres, muchos fueron implacables en dejar a la mujer posicionada en el estrato más precario de la sociedad, como entes que cumplían ciertas 'funciones' y que esa era la manera en la que debían de vivir. Los años pasaron, las décadas, y sí, está claro que las condiciones y miradas hacia el género femenino han ido mutando, evolucionando, pero también no podemos hacer vista gorda a que con la velocidad con que ocurren algunos fenómenos, estemos siempre nosotras en el escalafón más bajo.

Y no falta el que te dice: "oye, dejen de alegar tanto, si ahora pueden hacer un montón de cosas", "¿no estarán exagerando?"... y perdón que les diga pero, ¿quién definió que ustedes hombres tengan mayores ventajas que las nuestras, en un sinfín de contextos, y nosotras hayamos tenido que luchar por el simple hecho de ser mujeres, y sólo por lo que nos corresponde como seres humanos que somos? No caigamos en que también hay hombres que han luchado, porque claro que los ha habido y los hay y los seguirán habiendo, pero seamos capaces de entender y mirar un poco más allá, esto no se trata de unos pocos, se trata de todos.

8 de marzo, Día internacional de la Mujer. Algunos lo llaman celebración, y debiésemos llamarle conmemoración. La lucha ha sido constante, y con el paso del tiempos hemos ido descubriendo y replanteándonos cosas distintas, de acuerdo a los contextos, porque el ir abriendo nuestras mentes y permitiéndonos escucharnos y empoderarnos de nuestras vidas, nos ha permitido captar 'necesidades' que se hacen cada vez más evidentes y que, a raíz de lo que se espera de nosotras, las bloqueamos, las desechamos, las inhibimos... y si te pones a pensar un poco más profundo, la que se bloquea eres tú misma, la que se desecha eres tú misma, la que se inhibe eres tú misma.

Imagínense que en el año 1893, en Nueva Zelanda, se permitió el sufragio femenino, convirtiéndose en el primer país en instaurar dicha política. De ahí, poco a poco las mujeres fuimos alzando la voz y nuestra convicción fue concretando frutos en distintos lugares, logrando que el sufragio femenino fuese ocurriendo y haciéndose realidad en distintos lugares del mundo. Aquí un claro ejemplo de que para el hombre el sufragio era parte de, pero las mujeres debíamos luchar por ello. Este es una lucha de las tantas por las que hemos combatido.

Porque el 8 de marzo, se preguntarán algunos. En 1857 un grupo de mujeres trabajadoras de una empresa textil, realizó una marcha en contra de sus precarias condiciones de trabajo y el bajo salario percibido (entre 60% y 70% por debajo del salario de los hombres, y por el mismo trabajo). Coincidentemente, otro 8 de marzo de 1908, otro grupo de mujeres se unió a una huelga por motivos similares a los del año 1857, pero lamentablemente los dueños de la empresa en donde trabajaban estas mujeres, decidieron encerrarlas dentro la fábrica y, aún sin explicación aparente, dicho lugar prendió en llamas y 129 mujeres luchadoras, murieron dentro... entonces, ¿debemos celebrar? No. Debemos recordar, conmemoras y aprender de aquellas que con valentía y orgullo, se empoderaron de ellas mismas, de su género, de ser humanas tanto como tú.

¿Qué fue lo que nos hizo más débiles, inútiles, menospreciadas, humilladas, asesinadas, violentadas, a los ojos de los demás? Somos todos seres humanos, personas, de carne y hueso, pensantes, amantes... y eso debería bastar para asimilar que somos iguales, diferentemente iguales.

El empoderamiento se puede plasmar y hacer parte en todo ámbito de nuestras vidas. Empoderamiento profesional, empoderamiento personal, empoderamiento espiritual, empoderamiento económico, empoderamiento político... y claro, cada uno por sí solo puede ser más o menos difícil de abordar, de concientizar, de hacer parte permanente de nuestras vidas, porque al ser seres imperfectos, sabemos que tenemos destrezas o habilidades para algunas cosas, como debilidades en otras, y es en ellas en donde el miedo encuentra un refugio para alimentarse y apoderarse de lo que tu debieses apoderarte. El miedo, te paraliza, te inhabilita y permite que esas barreras mentales que creamos, se hagan cada vez más altas y difíciles de sobrepasar.

Como le dije a una amiga hace un par días, si vas a tener o sentir miedo por algo, que sea un miedo que no haya sido impuesto por otros, implantado por otros, creado por otros; si vas a sentir miedo, que sea porque tu lo viviste a modo personal, porque tú experimentaste algo especial que hizo remover esas fibras y ahí, ser capaces de tomar ese miedo, mirarlo, enfrentarlo y destruirlo porque tú así lo quisiste.

Conozco dos hermosas mujeres, bellas bellas, hijas, hermanas, las dos madres, madres que 'aperran' con sus hijos a toda costa, con gran empuje y coraje, como somos las mujeres. Una de ellas es madre de dos pequeños llenos de vida, su hijo mayor todo un conocedor del mundo, su pequeña recién conociendo el mundo que la rodea. La otra mujer, madre de una hermosa criatura, cuál de las dos más energética que la otra, amándose a su estilo. Estas dos madres están hoy separadas y, por lo tanto, ya se deben imaginar el panorama: ellas están a cargo, tienen la tutela, pasan todos los días con sus hijos, trabajan, tienen vida personal lógicamente, y ahí están, estoicas, nada las derrumba.

Lamentablemente una de ellas no tiene el 'apoyo' que una esperaría del padre de su hija. Y coloco 'apoyo' entre comillas porque ahí está la raíz del problema... entre las 3 tenemos un grupo en WhatsApp en donde, ustedes ya saben, hablamos de un sin fin de cosas. Hace un par de días esta querida amiga nos pide su opinión acerca de lo complicada que estaba porque quería que su hija compartiera más con su papá pero el papá trabajaba los fines de semana y no sabía muy bien cuáles eran sus tiempos libres para coordinar más visitas. Yo la escuché y con mucho respecto le dije: "amiga, yo no soy madre pero quiero decirte lo que pienso al respecto... ¿a ti alguien te preguntó si trabajabas o cuánto trabajabas, cuáles eran tus días libres, en qué horarios podías recibir a tu hija? yo creo que nadie te lo preguntó, entonces, ¿porque tienes que preocuparte de que el padre no vaya a perder sus días libres por ver más a su hija, o si tiene que trabajar? porque por lo que yo sé, tú cumples tu rol de madre 24/7, trabajando, en días libres, etc. La labor debiese ser equilibrada, compartida, así que amiga, expónle tu plan para que él pueda estar más con su hija y él verá como maneja su tiempo, porque por lo que sé, los dos quisieron seguir en este camino de ser padres, así que 'vó dale'".

Se entiende que por un tema biológico, los niños y niñas deben estar con su madre mientras dan pecho, por ejemplo, pero sinceramente, y puedo estar equivocada, ¿qué otra cosa podría inhabilitar a un padre a ser padre? Y entiéndase 'ser padre' no sólo en términos biológicos, sino también en términos emocionales, psicológicos, afectivos, de contención, económicos. La mata siempre se ha cargado para la mujer y ahí es donde el famoso 'apoyo' fue tomando un rol diferente con el paso de los años... basta de que el hombre 'apoye' a la mujer en la tarea de ser padres, la labor es y debe ser compartida y equilibrada, estando juntos como estando separados... así que finalmente le dije a mi amiga: "empodérate, enfrenta tus miedos y confía en ti y en lo que creas mejor para tu pequeña".

Mujeres, dejemos de sentirnos culpables, egoístas. No eres egoísta si quieres un tiempo para ti, no te sientas culpable si hoy quieres estar contigo o con tus amigxs, porque recuerda que primero eres persona, mujer y si pierdes eso, que es la base, nada tendrá real sentido.

Y conste, así como hay madres magníficas, también hay padres maravillosos, que doy fe que se 'sacan la cresta' por estar presentes en todo sentido, trabajando, estudiando y sacrificándose al máximo, sin apoyar sino más bien, haciendo lo que corresponde como padres que son. A ellos los admiro, y me encantaría que llegase un día en que no tuviésemos que admirar a esos hombres, porque estaríamos tan 'acostumbrados' a presenciar padres y madres 100% comprometidos, que su actuar formaría parte de nuestras vidas. No por eso debemos dejar de sorprendernos y disfrutar de lo hermoso que es vivir.

Yo aún estoy en el camino del empoderamiento, creo incluso que llevo muy poco camino recorrido, que estoy recién descubriendo este bello mundo, mi mundo interior, del cuál me maravillo constantemente, como si estuviera conociendo a otra persona. Pero esa persona soy yo, esa persona que estaba detrás de las barreras que estoy poco a poco derribando, para encontrarme y empoderarme de mi misma, con valentía, convicción y coraje. Mis amigas que son madres, son un claro ejemplo de empoderamiento, así como deben haber miles de otros, igual de maravillosos y poderosos como éste. El empoderamiento parte de la plena convicción que tengamos sobre aquello que queremos para nuestras vidas, que nadie venga a arrebatarnos nuestras ganas y poder por hacer lo que creamos mejor para nosotras, que los miedos no te paralicen sino más bien, enfréntalos y déjalos atrás como aprendizajes de vida, escucha y vislumbra puntos de vista diferentes pero sin jamás perder el norte de lo que tu corazón te reclama. 

Que nadie se sienta con el derecho de decirnos que, por ejemplo, 'debemos' ser madres, porque no por el hecho de ser mujeres debe venir como agregado sin devolución el convertirnos en madres. Que nadie decida sobre nuestros cuerpos, en como lucirlos y sentirlos bajo los cánones estructurados y frívolos que se han construido a lo largo de los años. Que nadie nos humille ocupando la famosa frase 'es que está en sus días' para justificar lo injustificable. Que nadie nos diga que 'calladita se ve mejor', porque calladas no hubiésemos logrado nada de lo que hemos conquistado. Que nadie se atreva a violentarnos, en todo ámbito y forma, porque no somos objetos, somos personas al igual que todos.

Así que compañeras amigas, sigamos en la lucha, así como lo hemos hecho por muchos y muchos años atrás... ¡libertad, igualdad y fraternidad! REVOLUCIÓN.

miércoles, 3 de enero de 2018

¡Feliz año, feliz vida!

Desde hace algunas semanas tengo un montón de ideas rondando por mi cabeza, unas más claras que otras, unas más ocultas que otras, pero ideas al fin y al cabo que, por algún motivo, no he logrado encausar como a mi me sienta mejor... y claro, perfectamente podría sólo dejar fluir, pero esta vez tiene que ver más que con sólo dejar fluir, también involucra un aceptar que no siempre estamos dispuestos a asumir o a enfrentar, y es en esos momentos en donde, tanto consiente como inconscientemente, terminamos por guardar aquello que duele, aquello que nos remese, aquello que nos marca.

Y casualmente comenzó un nuevo año y todo lo que conlleva este hito histórico-social para todos. Comienzas a escuchar los clásicos: "ahora sí que será mi año", "Chao 2017 de mierda, bienvenido 2018", "olvidémonos de todo lo malo para empezar de 0", y bla bla bla. No lo voy a negar, yo también fui de las que dije esas frases u otras parecidas y peores, invocando casi que a Los Santos no santos para que el pasado quedara atrás y el nuevo año trajera prosperidad... y cómo me he dado cuenta de lo equivocada que estaba, de lo perdida, de lo poco empoderada. Pero hay que vivir y experimentar para entender y crecer, y darse cuenta que no fue el año el 'malo', que no hay que llenar de mierda lo vivido, que empezar de 0 es imposible porque todos traemos historia y una mochila que la contiene, que no existe el olvido sino que la aceptación y el convivir sanamente con uno mismo.

Pero nunca está demás analizar, visualizar y comprender lo que viviste... y si el cambio de año te ayuda con eso, bienvenido sea. A mí me vino como anillo al dedo, porque las fechas coinciden, porque los acontecimientos lo ameritan, o simplemente porque sentí que era el momento indicado para hacerlo. Y frente a este computador, a estas letras vigorosas que desean a toda costa salir al mundo, doy una mirada atrás y veo y siento tantas cosas, tantas que ni se las imaginan. Recuerdo momentos, personas, circunstancias, vivencias, sentimientos, emociones, todas ellas tan reales y palpables como si hubiesen ocurrido ayer... hasta olores logro sentir como si aquella persona estuviese frente a mí, como si esa exquisita comida la estuviese degustando ahora, o como si el aire que respiré siguiese dando vida a mis pulmones hoy.

Recuerdo que hace algún tiempo atrás, en una de mis sesiones con mi psicóloga de ese entonces, salió el tema de esa ansiedad implantada en nuestra sociedad de englobarlo todo con la pregunta 'por qué': "¿pero por qué a mí? ¿por qué de esa manera? ¿por qué...?". Y claro, sobre utilizamos este recurso sobre todo cuando lo que hemos vivido, se traduce en algo 'malo' o 'negativo' (términos discutibles y que trato día a día de no utilizarlos, conste), algo que trajo consigo un dolor, un quiebre, un desazón. Luego de un par de minutos discutiendo sobre el clásico 'por qué', llegó la hora de conocer la pregunta que sí podía provocar en ti un aprendizaje real, una conexión contigo mismo y tu historia de desiciones y comprender, poco a poco, que dichas experiencias no tienen por qué ser catalogadas como 'malas', 'negativas' o 'terribles'.

Al principio no me hacía mucho sentido, buscaba ejemplos de otros y propios en donde pudiese aplicar esta nueva forma de comprender las cosas, pero aún no estaba preparada, aún no tenía las suficientes herramientas, aún me faltaba experimentar para entender... Hasta que un día, no por arte de magia claramente, el 'Para qué' poco a poco fue entrando en mi vida, sigiloso, respetuoso, paciente, esperando el momento adecuado para que yo me apoderara de él, sutil y paulatinamente, con delicadeza y tranquilidad, permitiéndome cuestionar desde otra vereda, de otra manera y con otro significado, lo que es mi vida: mi pasado y mi presente.

'Para qué' conlleva otro tipo de análisis, un análisis más profundo e interno que te permite comprender lo que hay detrás de las cosas y lo que provocó en ti tal o cuales desiciones que tomaste. El 'por qué' se atañe a algo más externo, a responsabilidades de otros que facilitan que no te hagas cargo por tus propias desiciones que te llevaron a experimentar lo vivido. El 'Para qué', en cambio, tiene una estrecha relación con lo más interno, con las responsabilidades propias e intransferibles que determinan tus propias desiciones. Por eso el aplicar el 'para qué' en la vida, es sumamente complejo y desestructurante, porque desde pequeños nadie nos enseña a hacernos cargo, los adultos le resuelven la vida a los niños hasta en las cosas más inverosímiles que, adecuándose a la edad, los propios niños podrían resolver; porque no somos capaces de asumir que dichas desiciones fueron tomadas en tal momento porque de alguna u otra manera lo quisimos así, porque no creemos en las oportunidades y de que los errores también aprendemos infinitamente más... y porque los errores se comenten, son parte de la vida, y tampoco tenemos que hacer vista gorda al respecto. El tema no es el 'no cometerlos', sino más bien ser capaces de decidir desde un corazón consiente que, independiente los resultados o el camino a trazar, sea capaz de hacerse cargo y empoderarse por lo que fuimos y somos hoy.

Por eso hoy miro hacia atrás, a un pasado más lejano o más cercano, más doloroso o más eufórico, más solitario o más acompañado, más frío o más cálido, y lo abrazo, lo abrazo fuertemente, tanto así que es inevitable que las lágrimas broten desde mis ojos y recorran mis mejillas, porque ahora entiendo tantas cosas, ahora comprendo tantas otras que antes, o no las creía o simplemente no las veía. Y sin renegar del dolor, la frustración, la pena, la incertidumbre, entre tantas otras emociones, de todas formas sigo abrazando y me sigo recargando de mi misma, de lo que fui y de lo soy, de lo que viví y de lo que vivo, de lo que amé y de lo que amo y sigo amando, de lo que aprendí y de lo que aprendo, de lo que soñé y sueño hoy en día... y comprendí que agradecer es una de las cosas más hermosas que podamos experimentar.

Agradezco todo y más. No me pondré a enumerar todo aquello, porque estaría la misma cantidad de vida que llevo vivida, escribiendo lo que he vivido... sí puedo decir que agradezco, que hoy día agradezco desde el corazón todas y cada una de las cosas, momentos y personas que poco o mucho, han dejado en mí una huella imborrable e indeleble. Hoy puedo decir que no me arrepiento de nada, que lo que he experimentado ha hecho de mí la mujer que soy y de la cual cada día me siento más y más orgullosa. No puedo negar que mirando hacia atrás, hubiese amado un poco más de eso o de aquello, por ejemplo, pero a la vez sé que lo que fue, fue en su medida justa en aquel momento y que, si anhelo y amo volver a experimentarlo nuevamente, mi corazón sabrá que hoy es el día. A veces tenemos que soltar lo que no queremos soltar, y no porque sea algo 'errado' o 'malo', sino más bien, porque las circunstancias a veces son tan ajenas a nosotros mismos que debemos aprender a esperar, paciente y calmadamente, porque si eso a lo que nos aferramos tanto está de igual forma aferrado a nosotros, sabremos sin lugar a dudas que no sólo la vida nos volverá a juntar, sino más bien, seremos nosotros mismos quienes tomemos la decisión de volver a entrelazarnos.

Aprendamos a no renegar de quienes somos y de todo lo que hemos vivido. Que el 'cambio de folio' anual, como se dice en la jerga popular, no nos haga asquear lo que nos trajo dolor e incertidumbre, sino más bien que seamos capaces de aprender a preguntarnos ese bello '¿para qué?' y así lograr aprender de todas y cada una de las experiencias que forman parte de nuestra vida. Que este año no traiga consigo nada, más bien seamos nosotros mismos quienes le entreguemos a este año vitalidad, amor, éxito, coraje, valentía y empoderamiento... que este año brillemos como si fuese el último y que esa luz propia ilumine nuestras vidas y la de los demás, con cada paso que demos. Expresa lo que sientes, abre tu corazón consiente y escucha tus instintos, arriésgate si es lo que sientes que debes hacer, toma partido y empodérate de lo que amas, se feliz.

Y para quien quiera decirme algo, o simplemente estar a mi lado, aquí estoy con los brazos y el corazón abiertos, porque esa es la única manera de perder los miedos.

¡Feliz año, feliz vida!

viernes, 8 de diciembre de 2017

La adopción como una convicción de amor.

Hace algún tiempo atrás, tuve el privilegio de ver la película 'Lion', producción autobiográfica que cuenta la historia de Saroo, un niño que se extravía en un tren, llegando a un lugar en donde le es imposible poder comunicarse con su familia de origen, terminando siendo adoptado por una familia australiana. Luego de más de 25 años, Saroo comienza la búsqueda de fu familia biológica, viviendo incontables experiencias en este hermoso viaje de su vida.

Cuando vi esta película, claramente las emociones que se provocaron en mí, fueron evidentes e inevitablemente visibles y palpables. Una historia profunda e inspiradora que muestra a la familia, las raíces y la identidad del ser humano como bases de su crecimiento personal. Una historia tremenda e indiscutiblemente conmovedora que desde el instante en que Sue, madre adoptiva de Saroo, le confiesa que ella quiso adoptar, que si adoptó no fue porque no pudiesen tener hijos, sino porque no quisieron tenerlos, marcó un antes y un después en mi forma de conectarme con este tema... la adopción.

La adopción no es un tema que se conversé en las sobremesas de los almuerzos, ni en las reuniones familiares y con amigos que solemos hacer constantemente, porque aunque no queramos darnos cuenta, la adopción se plantea en tu vida sólo cuando no puedes tener hijos biológicos, engendrados desde aquel óvulo y espermio propios tuyos, y en donde toda la información genética se traspasa, creando finalmente una nueva vida. Y así hemos aprendido, erróneamente, que la adopción existe, pero existe sólo en la vida de las parejas infértiles, parejas que no pueden tener hijos biológicos.

Y es increíble cómo esta hermosa producción cinematográfica y su bella historia, me hicieron replantearme todo con respecto a la adopción... ¿es efectivamente un camino sólo para parejas infértiles? ¿sólo debemos pensar en esta opción cuando biológicamente no estamos aptos para engendrar hijos? ¿en qué minuto abrimos nuestros corazones y dejamos el egocentrismo de lado por querer perpetuar la sangre, si al fin y al cabo la sangre es sólo un líquido viscoso que llevamos dentro? ¿qué significa perpetuarnos? ¿sólo la información genética heredada te permite perpetuarte si es lo que buscas en tu vida? ¿qué pasa con todas esas vidas ya existentes, solitarias, desprovistas, temerosas que sólo buscan un apoyo sincero y desinteresado que quiera simplemente amarlas? ¿no basta con amarnos, independiente de donde vengamos y quienes seamos? ¿no es más hermoso perpetuar el amor profundo que los genes y la información que ellos puedan traer consigo? ¿vale más una vida perpetuada por la genética que por el amor sincero y puro que podamos sentir?...

Jamás me había puesto en esos zapatos, jamás me había posicionado en esa vereda, jamás me había preguntado si era un tema adquirido por el traspaso cultural o por una construcción personal. Pero de alguna u otra forma de eso se trata la vida, de poco a poco ir dándote cuenta de lo que eres y qué equivale y trae consigo todo eso... ¿eres la construcción de otros o estás construyéndote a ti mí mismo? Y fue en ese momento que la adopción entró en mi vida, como una pequeña electricidad que fue generando pequeñas explosiones mentales, sutiles pero profundas en todo lo relacionado con cómo me posesionaba yo al respecto de la adopción.

No recuerdo haber tenido conversaciones con otros sobre lo que cada uno opinase sobre adopción, hasta hace poquísimo tiempo, porque no es tema, y está bien que no lo sea si de una u otra forma no ha tocado alguna fibra en tu ser, a través de una historia cercana, de un libro, de una película o de una conexión mágica y misteriosa que no sepas explicar. Pero me di cuenta que si ha sido un tema en mi vida y jamás me tomé el tiempo de escucharme y construirme con respecto a la adopción.

A partir del año 1934, se da inicio a la primera legislación nacional sobre adopción en Chile, definiéndose como "un acto jurídico destinado a crear entre adoptante y adoptado los derechos y obligaciones que establece la presente ley". Los contextos han cambiado y desde aquel año claramente han existido un gran número de modificaciones a esta primera e incipiente legislación... lo importante es tener en claro que los motivos para adoptar pueden ser infinitos y ninguno de ellos es más importante, más valido y más respetado que los demás. Adoptar es un acto de amor, un acto de amor profundo que emerge desde lo más íntimo y personal de cada ser, un amor genuino, una capacidad de apertura incalculable, y una convicción poderosa de que todos merecemos ser amados.

"... ambos pensábamos que el mundo ya tenía suficientes personas. Tener un hijo no garantizaba que fuéramos a mejorar las cosas. Pero adoptar a alguien que estaba sufriendo como ustedes, darles una oportunidad en el mundo, eso es algo especial. (...) No es cuestión de dificultad, para mí hay sólo un camino y así es como pienso", le dice Sue a su hijo Saroo. Esa escena, ese diálogo, esas palabras fueron como cinceles modeladores, constructores y formadores de lo que sería para mi la adopción en mi vida.

Creo tener desde muy pequeña la idea de querer ser madre, aún no lo soy, y pueden pensar "y qué se cree esta mujer de venir a hablar estos temas si ni si quiera sabe lo que es ser madre biológica", pero tranquilo, jamás he despreciado, subvalorado o desmitificado que tanto ser madre como padre biológico, tenga menos valor, valentía, compromiso y amor, que ser padre o madre a través de la adopción. Hablo desde mi ser, desde mi profundidad que en ocasiones, logra salir a flotes y comunicar quien soy. Claramente los tiempos han cambiado y si tengo que confesar que la decisión de ser madre ha sido aplazada por mí misma, por diferentes motivos, por distintas circunstancias, lo que no me quita el derecho a sentir y decir lo que pienso al respecto.

De una u otra manera, desde muy pequeños nos hablaron sobre el famoso ciclo de la vida: naces, creces, te reproduces y mueres. Te reproduces... complejo, inquietante, desolador. Te reproduces como una frase tan concreta, tan simplista, tan especifica que posiciona al ser humano como un ser que debe procrear, debe engendrar, debe unir la mitad de sus genes con la mitad de los genes del otro ser para así crear vida. Y claro, podemos conversar sobre lo que es la vida y entraríamos en otro mundo que creo, dejaré para otro momento... pero de todas formas, ¿sólo te reproduces así? ¿qué es lo que hay que reproducir? ¿reproducimos información? ¿qué pasa con la creación y el amor? ¿sólo se da en uno de los casos, o se puede dar en los dos? ¿engendrar y adoptar son parte de la cadena del ciclo de vida? Yo creo que sí, y estoy convencida de que el ciclo de la vida es un ciclo que puede ser palpado, sentido, vivenciado y experimentado tanto por los hijos y padres/madres biológicos, como por los hijos adoptados y los padres/madres adoptantes.

Cada día me convenzo más a mi misma que el amor es la fuerza más poderosa que pueda existir. El amor te mantiene vivo, el amor crea y construye maravillas, el amor te conecta de formas mágicas y hermosas, el amor te permite humanizarte, el amor es lo único que debiese formar parte indiscutible de la vida de cada uno de nosotros. Y la adopción es una convicción de amor, al igual que la procreación que todos conocemos... y no es una opción sólo para unos pocos que no pueden ser padres de otra forma, es una elección abierta y sincera que de todas formas permitirá a otro ser humano, humanizarse tal cual como quienes adoptan nos lo enseñan día a día.


sábado, 2 de diciembre de 2017

El olvido una ilusión, el tiempo una invención.

"Cuenta la historia que cada mañana la emoción se hacia sentir desde el primer segundo en que abrían sus ojos. Era inevitable hacer caso omiso a las imágenes mentales que llegaban poco a poco del inconsciente al ser consiente... soñar era la forma que tenían para que estuviesen más cerca y sentirse como aquellas veces en que estaban juntos, en donde las miradas detenían el tiempo y en donde la distancia desaparecía, no existía.

Sabiendo que era muy difícil que sus vidas siguieran un mismo camino, no podían negarse el uno al otro que cada vez que compartían, eran los seres más felices del universo. Esa felicidad no era efímera porque duraba infinitamente más de lo que duraban sus encuentros, fugaces pero tan esperados y anhelados por los dos. La alegría era espontánea cada vez que sus miradas se cruzaban, lo que hacía que esa felicidad durase tanto o más de lo que unidos pudiesen imaginar.

Tantas experiencias vividas juntos, como también por separado, hicieron que jamás pudiesen separarse. A veces la distancia no era tan grande, pero el tiempo que transcurría entre un encuentro y otro era interminable, agobiantemente interminable. Pero ese mismo tiempo les enseñó que él no cura nada, que él no trae consigo al olvido... todo lo contrario, con el tiempo aprendieron a convivir con todo lo que cada uno era, y que olvidar es sólo una palabra que permite a los ilusos creer que el olvido existe.

¡Qué manera de disfrutarse el uno al otro!, qué manera de reír, qué manera de gozar, qué manera de soñar juntos, qué manera de recordar... era evidente que existía algo más, algo que sólo el paso del tiempo les permitió comprender y así, darse cuenta que la vida y el destino les deparaba algo más. Pero sus mundos chocaban, tanto que a veces que perdían las esperanzas creyendo que el universo conspiraba en contra de ellos, a pesar de todas las dificultades que estaban dispuestos a sobrellevar.

A veces sobraban las palabras porque las miradas lo decían todo, otras veces morían por expresar tantas cosas pero no sabían si la vergüenza, el miedo o las circunstancias impedían que la real sinceridad saliese a flote. Pero de todas formas ella sabía lo que pasaba en el corazón y la mente de él, como él también tenía muy claro que pensaba y sentía ella por él.

Y así el tiempo fue pasando y las emociones y sentimientos se fueron evidenciando, más claras, más potentes, más profundas. ¿Pero qué podían hacer? Él, un animal salvaje, pertenecía a una manada distinta a la de ella, una manda ya formada... Ella, una animal en peligro de extinción, jamás podría entrar a competir con semejante abismo. Y así, las supuestas lógicas de la naturaleza se resquebrajaron y tanto él como ella descubrieron que el ser tan distintos los hacia compenetrarse cada vez más.

A pesar de todo lo bello, el universo seguía poniéndolos a prueba, o eso era lo que ellos pensaban, lo que ellos creían sentir... de alguna u otra forma, esos lazos que se volvían cada vez más y más estrechos, los distanciaban cada vez más. No se imaginan cómo y cuánto se querían, cómo y cuánto se extrañaban, cómo y cuánto se soñaban. Separarse jamás, aprender a vivir con la distancia sí. Olvidarse nunca, aprender a vivir con los recuerdos sí.

Y es así como su historia jamás tendrá final, su historia nunca terminará. Pueden que pasen los días, los meses, las temporadas, el invierno y el verano, pase lo que pase en la vida de cada uno de ellos, pero jamás nunca, ni el tiempo ni la distancia los separarán... podrán no verse, podrán no comunicarse, pero jamás dejarán de creer que nuevamente sus caminos se juntarán, mañana, pasado o quien sabe cuándo, sólo saben que todo aquello que les permitió unirse, estará intacto esperando ese anhelado momento de reencuentro y felicidad.

Por eso, cuenta la historia que cada mañana, aún, se estremecen recordándose."


Extractos de un cuento de autoría propia.